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¡Ya estamos aquí!
Kagami abrió la puerta del gimnasio de una patada. La gente
que estaba dentro miró en su dirección sobresaltada, expresión que fue
sustituida por un ceño fruncido en cuanto vieron el panorama.
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Oh, Kagami y Kuroko están aquí – dijo Koganei, sonriendo con
su habitual cara de gato.
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Y traen... Espera, ¿traen a alguien? – pregunto Hyuuga
colocándose bien las gafas.
Kagami llevaba el brazo estirado y agarraba con una sola
mano la parte trasera del cuello de la camiseta de una... ¿niña? Era una
persona muy pequeña, con el pelo muy largo de color morado oscuro y ojos
lila... y llevaba el uniforme de Seirin.
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Kagami-kun... – Aida Riko, la entrenadora del club, se acercó
a los recién llegados con una falsa sonrisa y un tono meloso bastante forzado -
¿Se puede saber qué estás haciendo?
Hiyori observó a las personas que estaban en el interior del
gimnasio de mal humor. Esa vez no había podido escaparse de las garras de
Kagami, por lo que había sido traída a rastras... No, a rastras no, en
volandas, más bien. Con el ceño fruncido paseó la mirada sobre los distintos
jugadores que había allí. Había un total de diez y todos eran bastante altos
y... grandes, aunque Kagami seguía siendo el que más sobresalía de todos.
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¿Quieres bajarme, BaKagami? No sé qué clase de manía es esa de
llevar a la gente de un lado para otro como si fueran muñecos.
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No es una manía – se quejó él dejándola en el suelo – Pero no
había otra manera de traerte.
Hiyori se colocó bien la mochila sobre el hombro y se
arregló la falda, para asegurarse de que no se veía nada.
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Kagami-kun... – repitió la chica de pelo corto que se había
parado frente a él con los brazos en jarras.
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Ah... sí... eh... es una compañera de clase.
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¿Y por qué la has traído? – preguntó el chico que llevaba las
gafas, que era el capitán del equipo.
Hiyori se dio cuenta de que el resto del equipo, quitando a
la entrenadora y al chico de las gafas que estaban discutiendo con Kagami, la
miraba atentamente. Todos tenían una apariencia más o menos normal... salvo
uno, que tenía cara de gato. ¿Cómo podía tener esos morros? Fue ese mismo chico
el que se acercó a ella y, rascándose la cabeza, preguntó:
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¿De verdad estás en su clase? Pareces la hermana pequeña de
alguien.
Kuroko, que estaba a su lado, respondió por ella.
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Lo está. Takano-san es una estudiante de segundo.
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Aaah... así que ese es tu nombre, Takano-san. Yo soy Koga.
Koganei Shinji – dijo el chico con una sonrisa.
Antes de que nadie más pudiera presentarse o decir una
palabra, un perro blanco y negro llegó corriendo hacia Kuroko, que se agachó
para acariciarlo. Hiyori se quedó mirando al pequeño animal con los ojos
brillantes de la emoción.
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¡Uaaaaaaaaaaaaah! ¡Qué cosita tan mona! – dejó caer su mochila
al suelo y se agachó al lado de Kuroko para acariciar la barriga del perrillo -
¿Es vuestro? ¿Os dejan tenerlo en el gimnasio?
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Sí... 2 no molesta ni ensucia – respondió el chico del pelo
azul, con la misma expresión de siempre.
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¿Dos? – preguntó la joven.
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Este pequeño se llama “Tetsuya 2”, acortado... “2” – explicó
Koganei – Se parece a Kuroko, ¿no te parece?
Hiyori frunció el ceño y paseó su mirada de Kuroko al perro
alternativamente. ¡Tenía razón! Tenían los mismos ojos. Misma forma, mismo
color azul. Ella se echó a reír a carcajadas.
En medio de todo aquel revuelo entre la discusión de Kagami
con Hyuuga y Riko, las bromas y risas de Koganei e Hiyori y el ruido que hacía
el resto del equipo al practicar... alguien más había entrado en el gimnasio
sin que se percataran.
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Parecéis entretenidos – dijo una voz grave, que hizo que todos
dejaran de hacer lo que estaban haciendo parar girarse hacia el lugar del que
provenía.
Hiyori se quedó boquiabierta al reconocer a la persona que
estaba frente a ellos. Era él. El chico al que había visto entrenando el día
anterior. ¿Qué clase de broma era aquella? Iba vestido con una camiseta azul de
manga corta y unos pantalones de chándal negros. Al incorporarse, la joven se
escondió parcialmente detrás de Kuroko y Koganei, para reducir las
posibilidades de que la reconociera. Sería muy vergonzoso si decía delante de
todos que un perro la había meado. Pero... ¿quién era? ¿Qué hacía allí? No era
un estudiante de Seirin, ¿verdad?
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Aomine... ¿qué haces aquí? – preguntó Kagami de forma beligerante.
-
¿Ah? Solo pasaba por aquí, no es como si pensara en venir a
veros ni nada por el estilo... Simplemente, quería retarte a un uno contra uno,
no puedo esperar hasta el Interescolar para enfrentarme de nuevo a ti –
respondió el chico con un deje arrogante en la voz.
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Ni hablar – respondió Riko – Como la entrenadora de Kagami, le
prohíbo que se enfrente a ti. Tendrás que esperar hasta el torneo.
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¿Quién es? – le susurró Hiyori a Kuroko.
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Aomine Daiki – respondió este – El jugador estrella de la Academia
Touou, uno de los miembros de la Generación de los Milagros. Te hablamos de
ellos, ¿recuerdas?
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¿Que se lo prohíbes? No te lo he preguntado a ti, tía – dijo
Aomine estirándose cuan largo era.
Hiyori no pudo aguantar esa actitud arrogante.
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¿Quién te crees que eres? – dijo saliendo de detrás de Kuroko
- ¿Apareces de la nada, retas a BaKagami y te pones chulito con la entrenadora
de un club rival?
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¿Y quién eres tú? – contraatacó él, mirándola con el ceño
fruncido - ¿Eres la hermana pequeña de alguno de los jugadores? – añadió
mirándola de arriba abajo, algo que no le costó mucho, a decir verdad.
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Es una compañera de clase – respondió Kuroko tranquilamente.
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Oh, Tetsu, ¿es tu novia? – preguntó Aomine – A Tatsuki no le
hará nada de gracia que la hayas cambiado por una enana de pecho plano... Ya
estoy viendo venir su berrinche...
Sin decir ni una palabra más, Hiyori recogió su mochila del
suelo y cogiendo impulso, se la lanzó, todo lo fuerte que pudo, a aquel chico
tan arrogante y burlón. Sorprendió al resto del gimnasio, pero no a él, que
detuvo la mochila con una sola mano y la agarró del asa. Aomine dio media
vuelta, echándose la mochila al hombro y comenzó a andar hacia la salida.
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Bueno... si no queréis un uno contra uno... me voy.
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¡Eh! ¡Mi mochila, idiota! – exclamó Hiyori, que echó a correr
tras él, dejando a los demás mirándoles atónitos.
¡Oinnsss, el perrete! Tan mono :3
ResponderEliminar¿Y este Aomine? Más chulo que el Fary en el polígono, colega xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Quiero ver hasta donde es capaz de llegar Hiyori por recuperar su mochila xD
Jajajaja, es que Aomine es más chulo que un ocho... aunque donde estoy yo ahora en el manga no es tan así... y se vuelve muy monoso, pero bueno... Con Hiyori no es monoso aún ò.ó
EliminarLo veremos en el siguiente capítulo.... 8)
Aomine es el tipo de chico que odiaría en la vida real, y tú mojas las bragas por él... No sé como seguimos siendo amigos *YAOMING* xD
ResponderEliminarPobre Hiyori, siempre la puteas con alguna cosa *ainns*
Pero luego Aomine es un trocito de pan... En realidad él es muy monoso... >o< A saber, tú xDDD Porque somos geniales, ambos dos xD
EliminarJajajjajaja, tiene que hacerse fuerte... las adversidades la ayudarán xD
Ansioso estoy de que metas a Akashi y Murasakibara en la trama 8) xDDD
ResponderEliminarNo sabrá captar sus personalidades... Ya me cuesta con Aomine xD Bueno, lo de Aomine me la pela... es mi prota y lo terminaré adecuando a lo que me salga del toto... pero con los otros dos... chungo xD
EliminarAdoro a ese perro. Quiero uno como él. :3
ResponderEliminarjajaja que bien te ha quedado aomine, chica xD Clavado. Igual de arrogante :) Y debo decir que Hiyori me ha sorprendido con ese caracter :D
Tetsu 2 es un amor <3
Eliminar¿En serio? A mí no me parece que me haya quedado bien xDDDDD Me cuesta mazo hacer de él xDDDDDDDDDD
Hiyori es la caña, aunque se va volviendo más tontita conforme le va gustando él xD