No podía creerse que estuviera haciendo aquello y casi ni se
creía que Momoi Satsuki la hubiera invitado. ¿Qué se proponía? ¿Qué era todo
eso de que iba a ayudarla? No es como si ella pudiera hacer nada, realmente.
Aomine había dejado claro cuáles eran sus preferencias el otro día e Hiyori
estaba muy lejos de ser el ideal de chica tetona.
Con un suspiro miró alrededor a ver si veía aparecer a
alguno de los dos a los que conocía, pero no había ni rastro de ellos.
Se puso de cuclillas y se rodeó las piernas con los brazos.
Estaba empezando a ponerse nerviosa. Esto no era lo suyo y estaba totalmente
fuera de lugar. A punto de volver a entrar en la estación para irse de allí y
volver a su casa, escuchó algo que le llamó la atención.
-
¡Alegra esa cara, Aominecchi! Será divertido.
-
Será divertido para ti, Kise. Yo estaré deseando marcharme
cuanto antes. No soporto este tipo de cosas y Satsuki y tú lo sabéis.
Hiyori reconocería esa voz en cualquier parte. Se puso de
pie con rapidez, colgándose el bolso correctamente sobre el hombro, y se asomó
al interior del vestíbulo de la estación, por lo que casi se da bruces con una
persona enorme que venía hacia ella.
Aomine la sujetó por los hombros, para evitar que se chocara
contra él.
-
Ten más cuidado, ¿quier...? ¿Takano-san? – preguntó
sorprendido al reconocerla.
Ella desvió la vista, avergonzada. ¿Cuántas veces iba a
chocarse contra él para estar satisfecha? ¿No había tenido suficiente con la
vez anterior? Al final, Aomine terminaría pesando que era una tía rara que se
tiraba sobre él en cada oportunidad que tenía.
-
Ho.hola – tartamudeó, nerviosa, ya que él no había soltado sus
hombros aún.
-
¿Qué haces aquí? ¿Estás esperando a alguien?
Hiyori asintió con la cabeza y, por fin, cuando él la soltó,
se decidió a mirarle. Se sorprendió al verle con un chándal de color azul, con
la sudadera desabrochada, dejando al descubierto una camiseta negra básica. Le
entró un mini ataque de ansiedad al verle. Así que, ¿al fin y al cabo se había
arreglado demasiado? Aunque había elegido algo de lo más normal, le daba la
sensación de ir mucho más arreglada debido al atuendo de Aomine.
-
¿Desde cuándo conoces a alguien de secundaria, Aominecchi?
Fue entonces cuando Hiyori recordó que le había escuchado
hablando con alguien. Se fijó en el desconocido y abrió los ojos como platos,
olvidándose de replicar. Ante ella se encontraba, ni más ni menos, que Kise
Ryōta. Había reconocido sin problemas ese pelo rubio y esos ojos dorados que
tantas veces habían salido en las revistas juveniles para chicas, que llegaban
incluso a su pueblo apartado. ¿Qué hacía Aomine con alguien como él? Espera,
ahora que pensaba en ello, le venía a la mente haber leído que Kise-kun jugaba
al baloncesto en su preparatoria y había jugado, también, durante la
secundaria.
Fijándose más ampliamente en el modelo, se dio cuenta de que
él también iba demasiado arreglado en comparación con Aomine. Llevaba unos
vaqueros negros y una camisa blanca sobre la que llevaba un chaleco, también
negro.
-
Aunque no lo parezca, tiene la misma edad que nosotros. Está
en la misma clase que Tetsu.
Kise pareció sorprenderse al escuchar eso y la miró de
arriba abajo. Hiyori se ruborizó y volvió a desviar la vista.
Aomine frunció el ceño. ¿Qué le pasaba? Normalmente hubiera
respondido de forma cortante al ser comparada con una alumna de secundaria y
echaría espumarajos por la boca ante semejante escrutinio, pero se mantenía
callada y ligeramente colorada. Al final, cayó en la cuenta de que la causa de
todo eso era Kise. Se había olvidado del efecto que tenía el gran modelo Kise
Ryōta en las mujeres.
-
¡Oh! ¿Vas a clase de Kurokocchi? ¿Y cómo está? No le veo desde
hace meses – Kise sonrió.
-
Es.está bien, no sé, como siempre – respondió Hiyori.
Kise soltó una alegre carcajada.
-
Sí, con él nunca se sabe cómo está en realidad.
-
¿Estás esperando a ese idiota de Kagami, Takano-san? – Aomine
cortó la conversación.
-
¿A BaKagami? - ella negó con la cabeza, mirando a Aomine – Os
estoy esperando a vosotros, supongo – añadió.
-
¿Qué quieres decir?
-
Momoi me invitó.
-
¿Por qué demonios te ha invitado? – preguntó Aomine de malas
maneras.
-
No tengo ni idea.
-
¿Y por qué has venido?
-
Porque me ha invitado Momoi, te lo he dicho – Hiyori suspiró.
-
Así que, ¿también conoces a Momoi? ¡Estás muy bien
relacionada! – exclamó Kise – Me alegro de haber venido, entonces. Así yo
también tengo la oportunidad de conocerte... esto....
-
Takano. Takano Hiyori – se presentó.
-
Yo soy...
-
Kise Ryōta. Lo sé. Te he visto en las revistas – dijo ella con
rapidez.
Aomine puso los ojos en blanco con este intercambio, en su
opinión, tan estúpido. ¿Por qué demonios había invitado a Takano? Por eso había
insistido tanto en que él fuera... Maldita Satsuki, ¿qué se proponía?
¿Se enfada? No, en serio, ¿se enfada? VENGA, VA, AOMINE. Ok vale. Se enfada.
ResponderEliminarPobre Hiyori :__ tiene que estar muerta de la vergüenza y encima, la actitud de Aomine no contrubuye en nada nadita...
Menos mal que Kise parece más majete. De momento.
Me encanta Hiyori, va monísima >,<
Jajajajaajaj, jo, pobre Aomine. Solo sufre inicio de celos y le jode porque él no piensa que le interese Hiyori para nada xDDDDDDD
EliminarY sí, Kise es más majete, es el más majo de la Generación de los Milagros. Pero que sea tan majo con ella solo servirá para que Aomine se pique más xDDDDDDDDDDD Qué ganas de escribir el resto del Goukon jajajaja
Sí, más cuki >.<
Preveo encoñamiento de Kise hacia Hiyori en el próximo capi y Aomine celosón celosón xDDDDD
ResponderEliminarQue empiece la party hard ya!!!!!!!!
MUAHAHAHAHAHAAHAHAHHAHA y más, querido, y más xDDDDDDDDDDDDDD Va a ser un Goukon entretenido... y ya veremos lo que pasa después JAJAJAJAJAJA
EliminarQue majo Kise... jajaja Y ya verás lo divertido que va a ser esto... jajajaja Me voy derechita a leer los siguientes capis.... :)
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