Hiyori no se había dado cuenta de lo mucho que había echado
de menos a Shinotan hasta que le había visto ahí parado, frente a ella. Los
meses lejos de casa no se le habían hecho tan largos después de empezar a pasar
tiempo con Hikari y el resto, pero, aún así, extrañaba a sus antiguos amigos,
aquellos con los que había crecido y vivido mil situaciones. Y todo eso es lo
que había revivido la llegada de Shinotan.
La joven se separó de él con una enorme sonrisa.
-
¿Qué haces aquí? ¡No tenía ni idea de que ibas a venir!
Shinotan le devolvió la sonrisa y se colocó la gorra.
-
¿Qué te dije antes de que te fueras?
-
¿Eh? No lo recuerdo, ¿me dijiste algo?
Él dejó escapar un suspiro.
-
Que clasificaría al equipo de baseball para poder jugar el
Interescolar en Tokio durante el verano. Y aquí estoy.
Hiyori le miró sorprendida.
-
¡Eso es genial! ¡Enhorabuena! Espero que ganéis.
Fue entonces cuando Shinotan se fijó en el chico que
acompañaba a Hiyorin y que llevaba un rato mirándoles con el ceño fruncido. Era
enorme y su expresión asustaba. El tío realmente imponía respeto.
-
¿Quién es el grandote? – le preguntó a la chica.
Ella se golpeó la frente y miró a Aomine.
-
Lo siento, se me ha olvidado totalmente presentaros.
-
Me he dado cuenta... – dijo él.
-
Aomine-kun, este es Shinohara Tamiya. Shinotan, este es Aomine
Daiki.
A Aomine no le gustó nada que usara un apodo para referirse
a aquel chico, mientras a él le nombraba usando honoríficos. Chasqueó la lengua
e ignoró la mano que le tendía el otro muchacho.
-
No es muy amigable, ¿no? – dijo el jugador de baseball,
retirando la mano, en un intento de quitarle hierro al asunto.
-
No, no lo es – dijo ella dejando escapar un suspiro.
-
Sí, bueno, lo siento por no ser un tipo agradable y simpático
– dijo el aludido, girándose y comenzando a alejarse de allí.
-
¡Aomine-kun! ¡Espera! – dijo Hiyori.
La joven se debatía entre la idea de seguirle o quedarse
allí con Shinotan, al que hacía meses que no veía. Se mordió el labio indecisa.
-
Ve tras él – dijo él – Es tu novio, ¿verdad?
-
¿¡Eh!? No... no... no estamos saliendo – dijo ella nerviosa.
Shinotan le dio pequeños empujones en los hombros.
-
Es igual, ve tras él. Estoy seguro de que no quieres que él se
haga ideas equivocadas, ¿verdad?
-
Gracias por entenderlo – dijo Hiyori tras un instante de
vacilación, antes de echar a correr tras Aomine.
-
Que lo entienda no signifique que me guste... – murmuró
Shinotan, que siguió a ambos caminando a paso lento.
Por suerte, era imposible perder de vista a Aomine en medio
de la multitud, ya que sobresalía por encima de todos los demás. El chico
miraba hacia todos lados, como si estuviera buscando algo.
Cuando Hiyori llegó hasta él, agarró su camiseta para
detenerle.
-
E.espera... maldita sea – dijo entre jadeos.
Aomine se detuvo y se giró para mirar a la pequeña.
-
¿Dónde está el gimnasio, Takano-san? – dijo él como si nada –
Quiero ver qué es eso que tenían montando los del equipo de baloncesto.
-
¿Ah?
Hiyori le miró sin saber qué decir. ¿Había corrido hasta él
para esto? ¿Para que le preguntara por el gimnasio sin más? Sin pensárselo dos
veces, le lanzó a la cara el paquete de
plástico en el que estaba guardado el takoyaki que había sobrado.
-
¡Eres un imbécil! – exclamó ella, haciendo que todos los que
estaban alrededor les miraran con curiosidad.
-
¿Estás tonta? – exclamó él a su vez, llevándose la mano a la
nariz, zona contra la que había impactado el plástico - ¿A qué ha venido eso?
-
¿Cómo puedes ser tan idiota?
Cada vez se reunían más personas a su alrededor, sin
perderse ni un detalle, intrigados por saber qué era lo que estaba pasando.
-
¡Maldición!
Nervioso debido a las miradas que se vertían sobre ellos,
Aomine agarró a Hiyori y se la cargó al hombro, a pesar de las protestas de la
joven.
-
¿Qué...? ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO? ¡BÁJAME, IDIOTA! – gritó ella,
tapándose como podía, sujetando la falda con las manos.
-
Deja de gritar de una vez – dijo él sin detenerse e ignorando
los ojos sorprendidos de todos.
Aomine la llevó hasta la parte trasera de uno de los edificios
de la preparatoria, lejos de los alumnos que celebraban el festival, y la dejó
en el suelo. Ella le fulminó con la mirada en el momento en el que estuvo sobre
sus propios pies.
-
¿Se puede saber qué te pasa? – le preguntó él, acorralándola
contra la pared, con un brazo a cada lado de su cabeza.
-
¿A... a mí? – inquirió ella, nerviosa - ¡Has sido tú el que ha
salido corriendo! ¿Estabas celoso o qué?
-
¿Y qué pasaría si ese fuese el caso?
Eso hizo que Hiyori le mirara sorprendida. Había esperado
que él lo negara y, en cambio, lo acababa de admitir.
-
¡Que no tienes por qué estarlo! ¡Entre Shinotan y yo ya no hay
nada más que amistad!
-
¿”Ya”? – preguntó él con el ceño fruncido.
Ella torció el gesto. Menudo fallo... pero ¡es que la estaba
poniendo muy nerviosa al estar ahí, imponiéndose sobre ella!
-
¡Eres tú el que me gusta, ¿vale?! ¡Ya lo sabías, no tienes
nada de qué preocuparte! Al contrario, soy yo la que no tiene ni idea de lo que
piensas.
-
¿Es que eres idiota? ¡Ni que fuera por ahí besando a todas las
tías que se me cruzan! ¡Está claro que me gustas! Aunque ni yo mismo me explico
la razón...
Hiyori le miró totalmente muda. Acababa de decir que ella le
gustaba... Le había escuchado bien, ¿verdad?
-
Pero...
-
Nada de peros. ¡Dilo de una maldita vez!
Ella se mordió el labio y cerró los ojos. Cogió aire y lo
soltó muy deprisa.
-
MegustasAomine-kunPorfavorsalconmigo.
Él suspiro y agarró la barbilla de la chica con los dedos,
para levantarle la cabeza. Se inclinó sobre ella y, antes de besarla, susurró
contra sus labios:
- Cuando dejes de llamarme “Aomine-kun”... Hiyori.
Aomine es todo un ejemplo de buen humor, carisma, diversión, jolgorio. Sería capaz de convertir un funeral en una fiesta, es como si la alegría natural y él fuesen de la mano. Me encanta.
ResponderEliminar¿Y qué me dices de Hiyori? Tan discreta, procurando pasar desapercibido sin que nadie note de qué habla ni con quien.
La pareja perfecta.
Qué potito ha quedado al final >_<
JAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAAJJAAJ sí, Aomine es el rey del buen rollo xDDDD
EliminarBueno, yo la reacción de Hiyori la entiendo jajajaaj Yo también le hubiera lanzado el envase xD
Pero no podemos olvidarnos de Shinotan aún ò.ó Tiene que dar guerra >.<
Síiii, el final me ha gustado mucho escribirlo >o<
Jajajajaja, pobre Hiyori, siempre la llevan en brazos a la pobre, parece un accesorio más
ResponderEliminarMaldito Shinotan, viene para joder la relación ò.ó
Awwwwww, la declaración por fin! ^^ A esperar el siguiente :__D
Entiéndelo... es que es tan pequeñita y los demás son tan grandes... xDDDDDDD
EliminarPobre Shinotan, pero si es muy simpático >o< A mí me cae bien.
¡SÍIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! YA ERA HORA, que se hacían de rogar, los malditos >.< Pensaba ponerla más adelante, pero me ha gustado cómo ha quedado ahí ^^
woooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! :D Al fin... al fin...!!!! Me encanta Aomine, en serio. Es adorable... *.*
ResponderEliminar