Cuando Aomine se separó de ella, le miró como si estuviera
en el interior de un sueño. Él frunció el ceño al verla.
-
No me mires así... Me hace sentir incómodo – dijo apoyando su
frente contra la de ella.
-
Vaya... tú sí que eres romántico – Hiyori dejó escapar un
bufido como si fuera un gato.
Se quedaron así durante un rato, sin decir nada, hasta que
él rompió el silencio.
-
Háblame de ese amigo tuyo - Aomine se separó un poco de ella,
agarrando sus hombros con cuidado de no hacerla daño.
La joven torció el gesto.
-
¿Quieres que te hable de Shinotan? No hay mucho que contar...
Somos amigos de la infancia. Nos conocemos desde siempre, ya que vive en la
casa de al lado. Bueno, antes de mudarme a Tokio. Hasta ahora, hemos estado
siempre juntos... y ya está.
-
¿”Y ya está”? Antes has dicho algo que me ha hecho pensar otra
cosa.
Ella suspiró mientras Aomine cogía su mano y echaba a andar.
-
Un día decidimos comenzar a salir... como novios, no como
amigos, y probar si nos iba bien, ya que nos conocíamos tanto. Pero no resultó.
Era como salir con mi propio hermano.
-
Eso es un poco cruel, ¿no crees, Hiyorin? No soy como Ricchan
para nada.
Shinotan estaba apoyado en la pared que hacía esquina con el
pequeño callejón en el que se encontraban. Se fijó en las manos entrelazadas de
los dos jóvenes.
-
Sigues aquí –dijo Aomine con el ceño fruncido.
-
Claro que sigo aquí – dijo el otro sonriendo amablemente – He
venido para ver a Hiyorin, no voy a irme tan pronto.
Aomine no se fiaba de ese tipo. Estaba demasiado alegre todo
el rato... y sospechaba que estaba enamorado de Hiyori. Uno no viajaba a Tokio
y daba una sorpresa así a una simple amiga. Lo del torneo de baseball había
sido solo el medio para venir. Ahora que estaba saliendo con la enana debería
poder relajarse, pero no podría hacerlo mientras ese “Shinotan” estuviera
rondando alrededor.
Hiyori suspiró. Notaba a Aomine muy tenso y sabía que era
por la presencia de Shinotan, ya que debía considerarle una amenaza. Cuando por
fin conseguía declararse al jugador de baloncesto, el de baseball lo complicaba todo. Personalmente, no creía
que Shinotan fuera a ser una molestia. Cuando terminaron, decidieron que no
habría más oportunidades y que cada uno iría por su cuenta en lo que al amor se
refería. Lo habían intentando y había salido mal, ya está. Ahí acababa todo.
Esperaba que para él estuviera tan claro como lo estaba para ella, no quería
malentendidos.
-
¿Vamos al gimnasio?
Aomine asintió a su proposición, pero Shinotan la miró con
el ceño ligeramente fruncido.
-
El equipo de baloncesto tenía prevista una exhibición –
explicó ella y miró su reloj – Aunque ya debe haber terminado... Aún así, creo
que tenían algo preparado para después.
El joven se quedó pensativo un instante, luego miró a
Aomine, como si hubiera tenido una revelación.
-
Así que eres jugador de baloncesto... Es normal, con esa
altura. ¿Y no deberías estar con tu club?
El aludido enarcó una ceja de manera arrogante.
-
Soy jugador de baloncesto, sí, pero no soy estudiante de esta
preparatoria.
-
Oh, lo siento... Solo asumí que... como estás con Hiyorin...
-
Le conocí gracias a los amigos que tengo en el club. Da
igual... vamos, anda.
Hiyori les
interrumpió y comenzó a tirar del brazo de Aomine, haciendo que Shinotan les
siguiera.
Hicieron el camino hasta el gimnasio en absoluto silencio.
La situación tan estúpida estaba estresando a la joven más de lo que debería.
Lidiar con el mal humor de Aomine no era tarea fácil y, por lo visto, era peor
aún cuando estaba celoso. Supiró por enésima vez. Si esto iba a ser así durante
toda la estancia de Shinotan en Tokio estaban apañados...
Entraron en el gimnasio, donde se había congregado una
multitud de estudiantes que parecían encantados con el numerito que había
preparado el equipo. Hikari y Kise estaban allí también, hablando con la
entrenadora y los jugadores de primer año que permanecían en el banquillo. El
resto del equipo estaba congregado por toda la cancha, jugando con algunos
valientes del público.
La cara de Aomine cambió totalmente al ver su oportunidad,
soltó la mano de Hiyori y echó a correr, robándole la pelota al chaval que
estaba jugando contra Kagami. Lanzó el balón con soltura hacia una canasta
improvisa y encestó. Miró a Kagami con arrogancia, mientras la gente que estaba
alrededor, incluido el muchacho desconcertado al que le había robado el balón,
le miraban boquiabiertos por su aparición.
-
¿Puedo retarte a un Uno contra uno esta vez, Kagami?
El pelirrojo le sonrió de la misma forma arrogante.
-
Lo estoy deseando, Aomine.
Como vuelvas a decir que tus capis son caca, dejaré de leerlos. No me gusta leer caca ò.ó
ResponderEliminarAomine está celoso, Aomine está celoso... (8)
Pero es que son caquita D: En este no pasa nada de nada xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
EliminarSí, lo está xDDDDDDDDDDDD Y le molesta xD
Al final harás que le cojamos asco a Shinotan D: Es un Yamaken de la vida, jodiendo a Harumine y Shizuyori -w-
ResponderEliminarLOL Has recuperado a Kagami, que sorra eres... ʘ‿ʘ
¡No! Pobre Shinotan, jo >.< Si es adorable~~
EliminarJajajaja, tenía que volver a sacar a Kagami xDD
Hola!
ResponderEliminarMuy buena tu historia me la leí hace poco de un tirón :D Cuando subirás el siguiente capitulo?? ^^
¡Hola!
Eliminar¡Muchas gracias! Siempre me anima leer este tipo de cosas >.<
No sé, pero no debo tardar mucho en subirlo... He estado de exámenes y demás, por eso ha estado tan abandonado >.<
Jajaja vale no pasa nada x3 lo importante es que la vas a seguir :D
EliminarPara cuándo el próximo capitulo?
ResponderEliminarAomine celoso sigue siendo adorable *.* Y ahora me has dejado con las ganas del uno contra uno jajajaja Esto tiene buena pinta :) Aquí estaré, esperando a tu próximo capi jajajaa :)
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