Ya se había acostumbrado a
aquel apartamento, que era enorme para una sola persona, pero sus padres se
habían empeñado en comprar justamente ese y ningún otro les había valido.
Cogió su merienda y, sin
dejar de menear el cuerpo, se encaminó hacia la terraza. Ya habían pasado dos
semanas desde el incidente de la mochila y, durante ese tiempo, había pasado
algunas tardes viendo los entrenamientos de Seirin; aunque había algo que
consumía su tiempo más que todo lo demás. Y eso es lo que iba a hacer en ese
momento. Salió a la terraza y se sentó en la silla de jardín que tenía
preparada, dejando las galletas y el batido sobre la mesa.
Después de aquel día, Hiyori
había descubierto que la cancha en la que Aomine practicaba casi cada tarde se
veía desde su piso. Y ahí estaba él, claro. Y solo, como de costumbre. Algunas
veces, Momoi Satsuki se reunía con él, pero únicamente había ocurrido un par de
veces.
Se llevó una galleta a la
boca sin dejar de observar al chico, que corría con el balón en las manos y
botándolo ocasionalmente para terminar lanzándolo de cualquier manera. El balón
atravesó el aro. Siempre lo hacía, daba igual cómo lo lanzara. Era
impresionante.
De repente, su móvil comenzó
a sonar y, dejando el batido sobre la mesa, descolgó tras ver el número.
-
¿Qué quieres, nii-chan? – preguntó sin quitarle
los ojos de encima a Aomine.
-
Hiyoríiiiiiiiiiiiiiiiiiiin... ¿por qué me hablas
así? – la voz quejica de su hermano mayor le llegó a través del teléfono –
Tenía ganas de hablar contigo.
Ella suspiró. Ritsu siempre
era así, pero solo con ella. Tenía, lo que la gente llamaba, un complejo de
hermana enorme. Uno que no pegaba nada con su aspecto de punk “buscabroncas”.
También era cierto que ese aspecto es el que le exigían en su trabajo.
-
Lo siento, lo siento. ¿Cómo estás, nii-chan? ¿No
deberías estar durmiendo? Luego te costará muchísimo mantenerte despierto en el
club.
Ritsu trabajaba en un Host
Club, un club de anfitriones donde las mujeres se gastaban todo el dinero que
podían en pasar el tiempo y tomar algo con chicos jóvenes y guapos. Su hermano
se había ido de casa con dieciséis años a probar suerte en Tokio y, un par de
años después, tras innumerables trabajo mal remunerados, había terminado en el
club TsukiShiro. Ahora, con veintidós años, era el anfitrión número uno, el más
solicitado y cotizado de todos. Que Ritsu viviera allí había sido el punto
determinante de mandarla a ella a Tokio, así le tendría cerca si pasaba...
algo.
-
Hiyoríiiiiiiiiin, te preocupas por mí, ¿verdad?
¿Verdad?
-
Sí, sí, pero respóndeme, nii-chan.
-
He tenido que venir antes al club. Yukiteru me
dijo que si podía sustituirle hoy y ayudar a ponerlo todo en orden antes de
abrir, así que... aquí estoy.
-
¿Y tienes tiempo para gastarlo hablando conmigo?
– Hiyori se metió una galleta en la boca, con los ojos fijos todo el rato en el
mismo sitio.
-
Estoy en el descanso y quería escuchar tu dulce
voz, Hiyorín. ¿Qué tal te va todo en Tokio? ¿Has hecho muchos amigos? ¿Cuándo
vas a venir a verme? Te echo de menos.
-
Nos vimos durante las vacaciones de invierno,
nii-chan. Y ya te dije que no voy a ir al piso lleno de anfitriones solteros.
Además, tengo que estudiar.
-
¿Y puedo ir yo a verte a ti? - preguntó Ritsu
con tono lastimero.
-
Claro que sí, ven cuando quieras – Hiyori
chasqueó la lengua – menos los martes y los jueves.
-
¿Por qué? – quiso saber su hermano.
-
Porque me quedo viendo la práctica de baloncesto
de mi preparatoria.
-
Ah, eso... ¿QUÉ? ¿Por qué? ¿Hay algún chico del
equipo que te guste? ¿Es por eso que vas a verles? ¿Alguien está intentando
alejarte de mí? – se puso repentinamente serio.
-
No, pero son los únicos que me hab... – ella se
calló. Si le decía eso a su hermano, se presentaría allí para liar las cosas
más aún – Me llevo bien con la entrenadora... y dos de los chicos van a mi
clase. Nada más.
-
Seguro que alguno está enamorado de ti, mi
pequeña y adorable hermanita. Si alguno te hace algo, no dudes en avisarm...
Hiyori no escuchó el resto de
la frase, pues estaba observando a Aomine con atención. El chico estaba tirado
en el suelo, sujetándose la rodilla con gesto de dolor. Intentaba ponerse de
pie, pero parecía que no lo conseguía.
-
¿Hiyorín? ¿Me estás escuchando?
-
Lo siento, nii-chan, tengo algo que hacer – dicho
esto, colgó el móvil y entró en el apartamento, dejando su merienda tal y como
estaba.
...
Aomine maldijo en voz baja.
Ese maldito dolor en las rodillas era un estorbo. Tenía que darse prisa y
superar sus propios límites para que su cuerpo se acostumbrara a ese nivel de
desgaste lo antes posible y poder devolverle la derrota a Seirin.
Se llevó una mano a la
rodilla y la frotó. Satsuki le había dicho que si seguía sobre esforzándose de
esa manera llegaría a un punto en el que
no podría seguir jugando baloncesto. Pero eso no era algo que le asustara.
Nada, ni siquiera su cuerpo, evitaría que jugara al baloncesto y fuera el
mejor.
-
Moveos, maldita sea – exclamó, intentando
ponerse de pie de nuevo.
-
No deberías moverte en tu condición.
Levantó la mirada y, frente a
él, se encontraba la chica de Seirin, con unos shorts con medias moradas y una
sudadera de color rosa. Por más que la mirara no parecía una chica de dieciséis
años.. No era su pequeño y poco desarrollado cuerpo lo que le daba aspecto de
niña, la cara también hacía mucho. Tenía rostro de muñequita con la piel muy
blanca y los ojos violetas enormes. Pero su mejor rasgo era su pelo. A Aomine
le encantaba su largo y liso cabello morado que, en ese momento, estaba
recogido en una coleta. Era una lástima.
-
¿Tienes como hobby acosar a las personas? – le
preguntó frunciendo el ceño.
Las mejillas de la pequeña se
tornaron ligeramente rojas.
-
Estaba en la terraza y la cancha se ve desde
allí. Te vi caer y parecía que te dolía – respondió ella acercándose a él.
-
¿Me espías desde tu terraza? Estás muy mal de la
cabeza, para ser tan enana. Además, ¿a qué has venido?
-
La verdad es que no lo sé... Solo pensé que
podría ser de ayuda – dijo ella agachándose a su lado.
-
¿Y qué piensas ha...? ¡OYE, espera! ¿Qué
demonios haces?
La chica le había puesto las
manos en la rodilla derecha con total tranquilidad y confianza, como si
estuviera acostumbrada a tocar a un chico. ¿Sería así como tocaba a Kagami?
Aomine sacudió la cabeza, Eso no era algo que le importara realmente.
Espera, ¿qué estaba haciendo?
Estaba... ¿dándole un masaje? Las manos de la enana se movían por su
pantorrilla con firmeza, pero con delicadeza. Poco a poco, Aomine fue sintiendo
cómo el dolor desaparecía. Era condenadamente buena en eso.
-
Tú... ¿cómo te llamas? – le preguntó
bruscamente.
Ella pasó a masajear la otra
pierna y le respondió sin mirarle.
-
Si quieres saber cómo se llama alguien, debes
presentarte primero. ¿Dónde están tus modales?
Él chasqueó la lengua en
señal de disgusto.
-
Aomine Daiki – dijo al fin.
-
Soy Takano Hiyori – dijo ella sonriendo- Listo,
con esto aguantarás un tiempo. ¡Nos vemos!
Hiyori se puso de pie y se
alejó con rapidez, sin decir una palabra más, dejando a Aomine sentado en el
suelo. Sorprendido, se dio cuenta de que podía ponerse de pie sin problemas. Es
más, notaba las piernas más fuertes que antes. ¿Qué es lo que le había hecho
aquella enana?
Joder con Ritsu xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Qué agobio de hermano JAJAJAAJAJAAJAJ Tan tierno <3
ResponderEliminarPeras que provocan, masajes en las rodillas, meriendas a medio acabar... Hiyori promete xDDDDDD
Es genial, tía xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD A mí me encanta xDDDDDD Ya verás cuando aparezca JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJJAAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Me descojonaré cuando vea a su hermana con Aomine o Kagami xDDDDDDDDDDDDD
EliminarHiyori on fireeee! Baja de su casa, le da un masaje y se va xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Lo que hacemos todos, vamos xD
Hiyori is watching you masturbate~ ò.ó
ResponderEliminarSólo le faltaba tener la pierna escayolada a lo Bart y ojeras de no dormir de tanto espiar a Aomine xD
Dios xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Hiyori no hace esas cosas... aún xD
EliminarJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJ pobrecilla, jopetas xDD
Eehhh no está mal con la chica, pero debo reconocer su hermano también me ha caido bien. ¿será cosa de familia o algo? jajaja
ResponderEliminarDios, ya verás Ritsu xDDDDDDDDD Sigue leyendo, sigue xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
EliminarLa familia tiene tela, aunque los padres aún no han aparecido... Bueno, la madre es normal, pero el padre... será la caña xDDDDDDD