Hiyori se quedó parada en el recibidor, al lado de las
taquillas de las zapatillas, mirando al exterior a través de la puerta de
entrada a la preparatoria. Estaba lloviendo a mares... y se había olvidado el
paraguas en el gimnasio.
-
¡Maldición! Espero que todavía sigan allí...
Echó a andar de nuevo hacia el gimnasio. No se encontró con
nadie en los pasillos, ya que todos se habían ido a casa ya. El entrenamiento
del club de baloncesto se había alargado más de la cuenta y, aunque los senpais
ya se habían ido, Kagami y Kuroko se habían quedado allí para seguir
entrenando. Después de hacer unas gestiones para su clase, Hiyori se había
adelantado y se disponía a irse a casa, pero diluviaba y estaba sin paraguas.
Mientras caminaba le daba vueltas a lo que había ocurrido la
tarde anterior. Había tocado a Aomine con todo su morro y sin pedir permiso.
Sintió cómo enrojecían sus mejillas al recordar el tacto de los músculos del
chico bajo sus dedos. Tan duros y firmes... Hiyori se llevó las manos a la cara
y la agitó de lado a lado, deteniéndose de repente.
-
¿En qué demonios estaba pensando para hacer eso?
Nunca le había dado un masaje a un hombre que no fuera su
padre o su hermano. Debería ser lo mismo, pero... tocar a Aomine había sido
infinitamente más excitante. Nunca olvidaría la sensación de pasar las manos
por sus largas y bien formadas piernas.
Con un suspiro, comenzó a andar de nuevo, con el
sonido de la lluvia torrencial de fondo. Al acercarse al gimnasio se dio cuenta
de que seguía abierto y con la luz encendida.
-
¡Genial! – exclamó acelerando el paso.
¿Hasta qué hora pretendían quedarse allí? Ya eran pasadas
las ocho y hacía un buen rato que deberían haberse marchado. Se encogió de
hombros mientras se acercaba, pero antes de atravesar la puerta, llegó a sus
oídos una serie de ruiditos que no supo identificar muy bien. Eran jadeos muy
pronunciados, como si a alguien le faltara el aire a lo bestia. Una voz se dejó
escuchar desde el interior.
-
K.Kagami.... a.aquí
no... a.al... alguien podría...
-
No te preocupes – un profundo gemido acompañó a la frase –
Nadie vendrá... Todos se han ido a casa, Kuroko.
Hiyori frunció el ceño. No parecía que estuvieran
entrenando. ¿Qué demonios estaban haciendo? Cuando estaba a punto de asomarse,
algo dentro de ella, algún tipo de instinto, le dijo que no debía mirara, que
estaba pasando algo que no debía descubrir. Que, definitivamente, ella no tenía
que ver eso.
La escena que se encontró la dejó totalmente boquiabierta.
Kagami y Kuroko estaban sentados en el suelo, detrás de los bancos, ambos con
las piernas abiertas. Kuroko se encontraba entre las piernas de Kagami, con la
espalda apoyada en su pecho. La parte de arriba de la equipación de Seirin
estaba subida hasta el cuello y la mano del chico de pelo rojo le acariciaba el
pecho al más pequeño; mientras que la parte de abajo había desaparecido por
completo y Kagami acariciaba su...
Ella se puso de color escarlata, giró sobre sí misma y echó
a correr lo más rápido que pudo, alejándose del gimnasio. Acababa de ver algo
increíble, que no se habría imaginado nunca. ¿Esos dos tenían ese tipo de
relación? ¿Desde cuándo? ¿Lo sabía el resto del equipo? Espera... ¿no tenían
otro sitio mejor en el que poder hacerlo? Hacerlo en el gimnasio era un poco...
Estaba tan ensimismada, perdida en sus pensamientos que no se percató de la figura
que se encontraba ante ella y con la que terminó chocando de lleno.
-
¡Auch! – exclamó cayéndose al suelo por el impulso del golpe.
-
¡Cuidado! – dijo la persona con la que había chocado - ¿Estás
bien?
Una mano de piel morena apareció en el campo de visión de
Hiyori, que reconocería ese tono de piel en cualquier parte. Con los ojos muy
abiertos, levantó la mirada y se encontró con los ojos azules de Aomine Daiki.
Estaba tan sorprendida por verlo ahí parado, justo en ese momento, que se quedó
sin palabras. No sabía qué decirle exactamente. ¿Qué hacía allí a esas horas?
Sin decir nada, aceptó la mano que le había tendido y se
puso de pie, sacudiéndose la falda blanca. Él tampoco abrió la boca y se limitó
a mirarla detenidamente, fijándose en cada detalle de su pequeño cuerpo.
Sintiéndose incómoda ante el escrutinio del que estaba siendo víctima, Hiyori
pensó en algo que poder mencionar.
-
Esto... ¿qué...? – empezó a decir, pero él la interrumpió
antes de que terminara la pregunta.
-
Llevo esperando en la puerta desde antes de que comenzaran a
salir alumnos. Me he saltado mi última clase para poder venir, pero...
-
Si estás buscando al equipo... – la joven dudó un poco – ya se
han ido todos a casa – dijo al fin, deseando que Kagami y Kuroko no decidieran
aparecer ahora.
Aomine negó con la cabeza.
-
No les estoy buscando a ellos, sino a ti. Llevo horas
esperando a que salieras, pero no había ni rastro de ti, así que me cansé de
esperar bajo la lluvia – él agitó el paraguas empapado que llevaba en la mano –
y, me disponía a buscar por el edificio, cuando te has chocado conmigo.
Eso hizo que frunciera el ceño.
-
¿Me estabas esperando a mí? ¿Por qué?
Él suspiró hondo y se frotó la nuca con la mano.
-
Para hablar de ayer. Tú... me diste un masaje milagroso.
Gracias a él, pude levantarme y seguir practicando sin problemas. Y hoy, sigue
sin dolerme.
-
Ah... ya – dijo ella desviando la mirada. Se volvería a poner
como un tomate con el recuerdo de tocarle.
-
Quería agradecértelo – dijo Aomine de forma atropellada.
-
De nad... Espera, ¿has esperado durante tres horas bajo esta
lluvia torrencial solo para darme las gracias? – ella le miró boquiabierta. No
podía ser. ¿Estaba loco?
-
En realidad, como te he dicho, quería hablar contigo. ¿Te ibas
a casa ya? ¿No tienes paraguas? – dijo él echando un vistazo a las manos de
Hiyori, que solo llevaba su cartera.
Ella negó con la cabeza, pensando en su paraguas olvidado en
el gimnasio.
-
Entonces te acompaño a casa – sentenció Aomine.
KUROKO Y KAGAMI... XDDDDDDDDDDD Lo que vas a disfrutar con esto, chata xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminarAinnsss, esta Hiyori, que se va con Aomine a casita >,< Ahora a ver cómo nivelan el paraguas xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Genial >,<
JAJAJAJAJAJAJAJ, tenía que meter Yaoi de alguna forma xDDDDDDDDDDDDDDDD Y voilà, son ideales para ello >o<
EliminarJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJ, lo veremos en el próximo... porque va a ser una risa... Hiyori se va a empapar de todas maneras... a no ser que Aomine la coja en brazos *.* xDDDDDDDDDDD
Hay un fallo Jewel, después del impacto contra Aomine a Hiyori sólo le esperaba quedar insconciente por la fuerza de la colisión xDDDDDDD Pero se te perdona porque quieres que haya intimidades entre ellos en la lluvia xD
ResponderEliminarYaoi, yaoi everywhere~
JAJAJAJAJAJAJAJAJA, jopetas, pobre Hiyori xDDDDDDDDDD Tanto como para quedar inconsciente... >.<
EliminarOinssssss, van a intimar bajo la lluvia, "jejeje".
Por supuesto ^^ ¿Qué soy yo sin Yaoi? xD
Muajajajaja he vuelto a la carga. ¿Hacerlo en el gimnasio? Y donde haga falta jajajaja Son tan monos >.< Y Aomine esperándo bajo la lluvia... que rico :D
ResponderEliminar