sábado, 10 de noviembre de 2012

Capítulo 07: Bajo la lluvia


Hiyori se quedó parada en el recibidor, al lado de las taquillas de las zapatillas, mirando al exterior a través de la puerta de entrada a la preparatoria. Estaba lloviendo a mares... y se había olvidado el paraguas en el gimnasio.

-         ¡Maldición! Espero que todavía sigan allí...

Echó a andar de nuevo hacia el gimnasio. No se encontró con nadie en los pasillos, ya que todos se habían ido a casa ya. El entrenamiento del club de baloncesto se había alargado más de la cuenta y, aunque los senpais ya se habían ido, Kagami y Kuroko se habían quedado allí para seguir entrenando. Después de hacer unas gestiones para su clase, Hiyori se había adelantado y se disponía a irse a casa, pero diluviaba y estaba sin paraguas.

Mientras caminaba le daba vueltas a lo que había ocurrido la tarde anterior. Había tocado a Aomine con todo su morro y sin pedir permiso. Sintió cómo enrojecían sus mejillas al recordar el tacto de los músculos del chico bajo sus dedos. Tan duros y firmes... Hiyori se llevó las manos a la cara y la agitó de lado a lado, deteniéndose de repente.

-         ¿En qué demonios estaba pensando para hacer eso?

Nunca le había dado un masaje a un hombre que no fuera su padre o su hermano. Debería ser lo mismo, pero... tocar a Aomine había sido infinitamente más excitante. Nunca olvidaría la sensación de pasar las manos por sus largas y bien formadas piernas.

Con un suspiro, comenzó a andar de nuevo, con el sonido de la lluvia torrencial de fondo. Al acercarse al gimnasio se dio cuenta de que seguía abierto y con la luz encendida.

-         ¡Genial! – exclamó acelerando el paso.

¿Hasta qué hora pretendían quedarse allí? Ya eran pasadas las ocho y hacía un buen rato que deberían haberse marchado. Se encogió de hombros mientras se acercaba, pero antes de atravesar la puerta, llegó a sus oídos una serie de ruiditos que no supo identificar muy bien. Eran jadeos muy pronunciados, como si a alguien le faltara el aire a lo bestia. Una voz se dejó escuchar desde el interior.

-         K.Kagami.... a.aquí no... a.al... alguien podría...

-         No te preocupes – un profundo gemido acompañó a la frase – Nadie vendrá... Todos se han ido a casa, Kuroko.

Hiyori frunció el ceño. No parecía que estuvieran entrenando. ¿Qué demonios estaban haciendo? Cuando estaba a punto de asomarse, algo dentro de ella, algún tipo de instinto, le dijo que no debía mirara, que estaba pasando algo que no debía descubrir. Que, definitivamente, ella no tenía que ver eso.

La escena que se encontró la dejó totalmente boquiabierta. Kagami y Kuroko estaban sentados en el suelo, detrás de los bancos, ambos con las piernas abiertas. Kuroko se encontraba entre las piernas de Kagami, con la espalda apoyada en su pecho. La parte de arriba de la equipación de Seirin estaba subida hasta el cuello y la mano del chico de pelo rojo le acariciaba el pecho al más pequeño; mientras que la parte de abajo había desaparecido por completo y Kagami acariciaba su...

Ella se puso de color escarlata, giró sobre sí misma y echó a correr lo más rápido que pudo, alejándose del gimnasio. Acababa de ver algo increíble, que no se habría imaginado nunca. ¿Esos dos tenían ese tipo de relación? ¿Desde cuándo? ¿Lo sabía el resto del equipo? Espera... ¿no tenían otro sitio mejor en el que poder hacerlo? Hacerlo en el gimnasio era un poco...

Estaba tan ensimismada, perdida en sus  pensamientos que no se percató de la figura que se encontraba ante ella y con la que terminó chocando de lleno.

-         ¡Auch! – exclamó cayéndose al suelo por el impulso del golpe.

-         ¡Cuidado! – dijo la persona con la que había chocado - ¿Estás bien?

Una mano de piel morena apareció en el campo de visión de Hiyori, que reconocería ese tono de piel en cualquier parte. Con los ojos muy abiertos, levantó la mirada y se encontró con los ojos azules de Aomine Daiki. Estaba tan sorprendida por verlo ahí parado, justo en ese momento, que se quedó sin palabras. No sabía qué decirle exactamente. ¿Qué hacía allí a esas horas?

Sin decir nada, aceptó la mano que le había tendido y se puso de pie, sacudiéndose la falda blanca. Él tampoco abrió la boca y se limitó a mirarla detenidamente, fijándose en cada detalle de su pequeño cuerpo. Sintiéndose incómoda ante el escrutinio del que estaba siendo víctima, Hiyori pensó en algo que poder mencionar.

-         Esto... ¿qué...? – empezó a decir, pero él la interrumpió antes de que terminara la pregunta.

-         Llevo esperando en la puerta desde antes de que comenzaran a salir alumnos. Me he saltado mi última clase para poder venir, pero...

-         Si estás buscando al equipo... – la joven dudó un poco – ya se han ido todos a casa – dijo al fin, deseando que Kagami y Kuroko no decidieran aparecer ahora.

Aomine negó con la cabeza.

-         No les estoy buscando a ellos, sino a ti. Llevo horas esperando a que salieras, pero no había ni rastro de ti, así que me cansé de esperar bajo la lluvia – él agitó el paraguas empapado que llevaba en la mano – y, me disponía a buscar por el edificio, cuando te has chocado conmigo.

Eso hizo que frunciera el ceño.

-         ¿Me estabas esperando a mí? ¿Por qué?

Él suspiró hondo y se frotó la nuca con la mano.

-         Para hablar de ayer. Tú... me diste un masaje milagroso. Gracias a él, pude levantarme y seguir practicando sin problemas. Y hoy, sigue sin dolerme.

-         Ah... ya – dijo ella desviando la mirada. Se volvería a poner como un tomate con el recuerdo de tocarle.

-         Quería agradecértelo – dijo Aomine de forma atropellada.

-         De nad... Espera, ¿has esperado durante tres horas bajo esta lluvia torrencial solo para darme las gracias? – ella le miró boquiabierta. No podía ser. ¿Estaba loco?

-         En realidad, como te he dicho, quería hablar contigo. ¿Te ibas a casa ya? ¿No tienes paraguas? – dijo él echando un vistazo a las manos de Hiyori, que solo llevaba su cartera.

Ella negó con la cabeza, pensando en su paraguas olvidado en el gimnasio.

-         Entonces te acompaño a casa – sentenció Aomine.

5 comentarios:

  1. KUROKO Y KAGAMI... XDDDDDDDDDDD Lo que vas a disfrutar con esto, chata xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    Ainnsss, esta Hiyori, que se va con Aomine a casita >,< Ahora a ver cómo nivelan el paraguas xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    Genial >,<

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    1. JAJAJAJAJAJAJAJ, tenía que meter Yaoi de alguna forma xDDDDDDDDDDDDDDDD Y voilà, son ideales para ello >o<

      JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJ, lo veremos en el próximo... porque va a ser una risa... Hiyori se va a empapar de todas maneras... a no ser que Aomine la coja en brazos *.* xDDDDDDDDDDD

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  2. Hay un fallo Jewel, después del impacto contra Aomine a Hiyori sólo le esperaba quedar insconciente por la fuerza de la colisión xDDDDDDD Pero se te perdona porque quieres que haya intimidades entre ellos en la lluvia xD

    Yaoi, yaoi everywhere~

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    1. JAJAJAJAJAJAJAJAJA, jopetas, pobre Hiyori xDDDDDDDDDD Tanto como para quedar inconsciente... >.<
      Oinssssss, van a intimar bajo la lluvia, "jejeje".

      Por supuesto ^^ ¿Qué soy yo sin Yaoi? xD

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  3. Muajajajaja he vuelto a la carga. ¿Hacerlo en el gimnasio? Y donde haga falta jajajaja Son tan monos >.< Y Aomine esperándo bajo la lluvia... que rico :D

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