miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capítulo 16: Una más


El sonido de la campana indicó el descanso para el almuerzo. Esa última hora había sido de estudio libre e Hiyori lo agradecía, ya que los primeros exámenes estaban cada vez más cerca y todo tiempo libre que pudiera dedicar al estudio era bienvenido. Metió el libro de matemáticas, el cuaderno y el estuche en la mochila y se puso de pie para esperar a BaKagami y a Kuroko. Esa mañana, había dejado de lado su actitud evasiva con ellos y su relación volvía a ser como antes.

-         Ah, me muero de hambre – dijo Kagami guardando las cosas en la mochila.

-         Tú siempre, Kagami-kun – dijo Kuroko.

-         Con ese cuerpo enorme que tiene, no me extraña – añadió Hiyori cogiendo su bentō - ¿A dónde os apetece ir hoy?

-         ¿A la azotea? Hace buen día – respondió el de pelo azul mirando por la ventana.

-         Por mí genial.

-         Vale.

Cuando llegaron a la puerta del aula, un pequeño revuelo se formó en el interior. Al girarse, Hiyori se dio cuenta de que Otonashi Megumi estaba metida en el ajo. Qué novedad. Todo su grupito se había reunido alrededor de la mesa de Kurosawa, mientras que la líder, rubia teñida y con maquillaje hasta las cejas, apoyaba las manos en la tabla y se inclinaba sobre la dueña del pupitre.

-         ¿Sabes? Hemos llegado a la conclusión de que no queremos a una inútil e idiota como tú en el grupo, Kurosawa – dijo con tono altenero.

La chica del pelo naranja torció el gesto. Era la primera vez que se encontraba en la otra parte, en la de la persona humillada, en lugar de formar parte del grupito que se encargaba de ridiculizar al resto.

Con esas simples palabras, Otonashi se había asegurado de que ninguna chica de la clase se acercara a Kurosawa y, tras haberlas soltado, el grupo “popular” se sentó en su rinconcito, dejando a la otra muchacha completamente sola.

-         ¡Takano! ¿Vienes o qué? – preguntó BaKagami desde el otro lado del pasillo.

Los otros dos habían continuado caminando, ignorando lo que pasaba en el aula, ya que no les interesaba lo más mínimo.

-         ¡Subid vosotros primero! Olvidé algo, así que ahora subo yo – dijo ella y entró de nuevo en clase.

Caminó hasta la mesa de Kurosawa y cogió la bolsa donde la chica guardaba la comida.

-         ¡Takano! ¿Qué haces? – dijo ella con el ceño fruncido.

-         Invitarte a comer con nosotros – respondió Hiyori yendo de nuevo hacia la salida y obligando a Kurosawa a levantarse y seguirla.

Todas las miradas de la clase se concentraron en las dos chicas.

-         Es normal que la chusma se junte con la peste – anunció Otonashi, haciendo reír a su grupo de idiotas.

-         Prefiero ser “chusma” o “peste” antes que ser una completa imbécil como tú – le dijo Hiyori por encima del hombro y enseñándole el dedo corazón antes de salir de allí con Kurosawa pisándole los talones.

Una vez en la azotea y ante la curiosidad de Kuroko y Kagami, Hiyori les explicó que Momoi prácticamente la había obligado a asistir a un Goukon y que, en el karaoke, se había topado con Kurosawa, que había tenido roces con sus amigas y que, por eso, ahora estaba comiendo con ellos.

-         ¿Fuiste a un Goukon? – preguntó Kagami – No pensé que te fueran ese tipo de cosas, quiero decir... no pensaba que te interesaran los chicos ni nada por el estilo.

Ella le miró con una ceja enarcada. ¿Qué estaba insinuando? No dejaba de ser una adolescente y le interesaba lo mismo que al resto de adolescentes, ¿no?

-         Nunca había ido a ninguna, pero Momoi me dijo que fuera. No podía rechazar su invitación.

-         Encima, fuiste a una a la que también fueron Aomine y Kise. De Kise me lo esperaba, pero... ¿Aomine? Ni de coña – añadió el pelirrojo.

-         Momoi-san le obligaría a ir – dijo Kuroko encogiéndose de hombros.

-         Pero no entiendo que Takano fuera. ¿Por qué iba a sentirse obligada a ir?

-         Porque estaba el tal Aomine, ¿no? Al fin y al cabo, él le gusta – dijo Kurosawa tranquilamente mientras se llevaba los palillos a la boca.

Hiyori se atragantó al escucharla. Los dos chicos miraron sorprendidos a la “nueva” y luego a Hiyori. Kurosawa frunció el ceño y miró a la otra chica.

-         ¿No lo sabían?

-         ¡Claro que no! – exclamó Hiyori - ¿Y cómo lo sabes tú?

-         Por favor... se notaba a la legua, Takano. No me hicieron falta ni dos vistazos a tu cara cuando estabas con él, con uno solo estaba más claro que el agua.

Kagami cogió la cara de Hiyori y le obligó a mirarle. Su cara era el vivo ejemplo de la incredulidad.

-         ¿Te gusta Aomine? ¿Hablas en serio?

Las mejillas de la joven se sonrojaron, dándole la respuesta.

-         ¿Qué demonios ves en él?

-         Solo le interesa el baloncesto – añadió Kuroko de nuevo – Y los pechos grandes. Siempre hace hincapié en eso.

-         Sí... lo sé – dijo ella poniendo los ojos en blanco.

Kagami soltó a Hiyori y se rascó la cabeza.

-         Te imaginaba con mejor gusto, Takano.

-         Vaya, lo siento. Perdóname por no cumplir con tus expectativas – murmuró ella, que se puso a atacar con sus palillos a una salchicha con forma de pulpo.

-         Bueno... suerte, imagino – dijo el pelirrojo.

Un pequeño silencio se instaló en la azotea mientras todos terminaban de comer. Hiyori maldecía mentalmente a Kurosawa por bocazas. Vaya forma de soltarlo todo sin ningún tipo de reparo...

Al terminar de comer, Kagami se inclinó sobre Kuroko y le quitó un grano de la mejilla con sus labios, dejando al propio Kuroko, a Kurosawa y a Hiyori de piedra.

-         ¡K.Kagami-kun! – exclamó el chico, totalmente avergonzado y llevándose una mano a la mejilla.

El pelirrojo cayó en la cuenta de lo que acaba de hacer y se golpeó la frente.

-         Mierda... Se me escapó, lo siento.

Hiyori se encogió de hombros después de la sorpresa inicial. Ella había visto algo peor aquel día en el gimnasio, solo le había sorprendido que Kagami lo hiciera frente a ellos. Kurosawa, en cambio, los miraba con el ceño fruncido.

-         Aaaaaaaaah, ahora me explico muchas cosas – dijo finalmente. Guardó el bentō y sonrió abiertamente – No os preocupéis por mí. Soy partidaria de la idea de que cada uno disfruta del amor como quiere: palito con agujerito, palito con palito, agujerito con agujerito... Esas cosas, ya me entendéis.

Ahora fue el turno de mirarla a ella como si se hubiera vuelto loca. Definitivamente, Kurosawa Hikari era una chica muy especial. Ideal para entrar en el grupo de pirados en el que se había visto envuelta Hiyori desde que se había mudado.

5 comentarios:

  1. Hiyori rules! ò.ó Sí señor. Le haa faltado restregarle un kleenex por la cara pero bueno xDDDDD
    Esta Kurosawa xDDDD Palito con palito, etc.. xDDDDDDD ¡Qué bestia!

    A ver cómo se desarrolla la nueva noticia de que Hiyori moja todo por Aomine :3

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    1. Hiyori fuckyeah en este capi xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Na, por eso que ha hecho, la Megu le guardará rencor toda la vida xDDDDDDDD Veremos qué le hace xD
      A Kurosawa se le pira -.-'

      JAJAJAJAJAJAJAJAJA Ya los imagino a todos... "Mira, ahí está Aomine... Ataca, Takano, ataca".

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  2. Dios mío, me estoy descojonando con la frase final de Kurosawa xDDDDDDDDDDD Me encanta esa tía, seriously ^^

    Cada vez sale más la Megumi esa *YAO*

    Ya ni se esconden los gayers de Kagami y Kuroko xD

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    Respuestas
    1. xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Palitos y agujeritos everywhere~~~ Está como un cencerro xDDDDDDDD

      Ahora le hará la vida imposible a Hiyori :____ Maldita zorra xDDDDD

      No los llames gayers, jo xDDDDDDDD Ha sido un lapsus de BaKagami -.-'

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  3. Me esncanta ese maldito grupo de pirados... molan un montón...jajajaja
    Puto kagami. "Me olvidé de que había gente" jajajaja Un puto crack :)

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