martes, 18 de diciembre de 2012

Capítulo 14: Goukon (Parte IV)


Blancas.

Takano-san llevaba las braguitas blancas.

Y eso fue lo primero que pensó Aomine cuando se asomó a la sala y vio a la joven tirada en el suelo.

Por otra parte e intentando ignorar ese hecho, no se esperaba encontrarse con semejante escena cuando fue a buscarla. ¿Una par de chicos acosando a dos chicas solas? Eso solo pasaba en los mangas.

Aomine no se había ido a casa como había dicho, se había quedado en la puerta, esperando a que salieran. Sabía que Satsuki le iba a cantar las cuarenta y a montarle un pollo por haberse ido de esa manera, insultando a sus amigas además, y era mejor que lo hiciera allí, donde también estaría Kise para suavizar las cosas. Le había sorprendido que Satsuki saliera sola y no le dijera nada sobre lo que había pasado; en cambio, parecía preocupada. Al parecer, Takano-san había ido a buscarle y estaba tardando muchísimo en volver, así que él era el encargado de ir a buscarla por todo el karaoke.

Y ahí estaba, viéndole las bragas blancas a la enana, mientras uno de los payasos se retorcía en el suelo y el otro sujetaba por el brazo a una chica de pelo naranja a la que no había visto nunca.

-         ¿Quién te ha dicho que estaban solas? – dijo como réplica al comentario que había dicho el chico.

Todos los que estaban en el interior se giraron hacia él, incluido el que estaba tirado en el suelo, que parecía estar recuperándose poco a poco.

-         ¿Y tú quién eres? – preguntó el que estaba de pie.

Sonaba un poco asustado. Era normal. Aomine le sacaba fácilmente una cabeza y dos cuerpos; por no mencionar el ceño profundamente fruncido con el que le observaba.

Hiyori se frotó el brazo que había agarrado el imbécil ese. Le dolía, la había sujetado con demasiada fuerza y seguro que había dejado marca.

Aomine se fijó en el gesto de dolor Takano-san y se percató, también, de que el otro tío se estaba poniendo de rodillas y estiraba el brazo para agarrar a la chica. Chasqueando la lengua, se separó del marco de la puerta con rapidez y pateó la cara del chico, mandándolo al suelo de nuevo. Takano-san dejó escapar una exclamación de sorpresa y dio un pequeño saltito hacia atrás, mirando a Aomine con los ojos muy abiertos.

Él la cogió de las axilas y la puso de pie con más delicadeza de la que uno se esperaría de alguien de su constitución.

-         ¿Estás bien? – le preguntó.

Ella asintió, pero su respuesta se vio interrumpida por el otro desconocido, que había soltado a la chica y había corrido hacia su amigo, que estaba tirado en el suelo y sangrando por la nariz, claramente partida.

-         ¿Estás loco? ¡Estás en un buen problema ahora, payaso!

Aomine le miró, sin suavizar la arruga del ceño, y dio un paso hacia ellos.

-         ¿De qué estás hablando? Sois vosotros los que estáis en un buen problema. ¿Y sabes cuál es? Que he sido yo quien os ha encontrado – dijo dándole un puñetazo al otro, aunque éste había hecho todo lo posible por alejarse de él.

Hiyori observaba toda la escena boquiabierta, pues no se esperaba que Aomine reaccionara de esa manera, tan... salvaje. Kurosawa también estaba asustada, pues se acercó a ella y la rodeó con sus brazos, dando un par de pasos hacia atrás, mientras observaban cómo el chico asestaba puñetazo tras puñetazo a la cara del otro. El que estaba tirado en el suelo no volvió a hacer un movimiento. Estaba totalmente inconsciente.

Se escucharon pasos fuera del pasillo, los clientes de otras salas habían salido debido al barullo y alguno había debido llamar a recepción, ya que también se les oía.

-         ¿Qué está pasando aquí? – dijo la voz de un hombre que, probablemente, sería el gerente del karaoke.

-         Mierda – susurró Aomine.

Se separó del chico, que ahora también estaba inconsciente y se acercó a Hiyori, a la que cogió de la mano. Echó a correr tan pronto como las personas llegaron a asomarse por la puerta. Pasaron entre ellos, que no pudieron detenerlos, y corrieron hacia la salida del local.

Hiyori corría tan rápido como podía, pero era casi imposible seguirle el ritmo a Aomine, y más, si iba tirando también de Kurosawa, a la que no había soltado.

Cuando consideró que ya estaban lo suficientemente lejos del karaoke, Aomine se detuvo y se rascó la cabeza. La había hecho buena. Algo se había disparado en él cuando vio que el payaso aquel hacia amago de agarrar a Takano-san y no había podido evitar ponerse violento.

-         Uh, joder, tío. Si vas a correr así, por lo menos avisa.

Fue en ese momento en el que se percató de que Takano-san había llevado también a la chica del pelo naranja. La miró con el ceño fruncido y luego dirigió los ojos hacia la más pequeña.

-         ¿Quién demonios es?

-         Una compañera de clase – respondió Hiyori, que estaba doblada por la mitad y jadeando debido al esfuerzo.

-         ¿Y qué hace aquí?

-         Me la encontré por casualidad y... no iba a dejarla allí después de la que se ha montado– la joven se apoyó en una pared y cerró los ojos.

Lo que acaba de pasar era todo tan increíble que ni ella misma se lo creía. Y había sido Aomine quien las había ayudado. Eso la hizo sonreír un poco.

-         No me gusta que hablen de mí como si no estuviera – dijo Kurosawa cruzándose de brazos - ¿Quién eres tú, de todas maneras? ¿El novio de Takano?

-         ¡No! – exclamó Hiyori nerviosa, abriendo los ojos y mirando a su compañera – Es solo un conocido.

-         Es verdad... Ahora que caigo, estabas en el karaoke y está claro que no has ido sola. ¿Estabais en una cita?

-         ¡Te he dicho que no es eso! Era un Goukon... un Goukon.

Eso hizo que Kurosawa mirara a Hiyori con los ojos brillantes y una sonrisita en los labios.

-         Oooh... no me esperaba que fueras de las que van a Goukon, Takano. Eres toda una caja de sorpresas.

Con un suspiro, Hiyori la ignoró y echó mano al bolso, pero no lo llevaba encima.

-         ¡Oh, no! Me he dejado el bolso en el karaoke. ¡No puedo ir a casa sin él! ¿Qué hago? Tengo que volver al karaoke.

Aomine miró a la chica y suspiró también al ver su apuro y su cara de consternación. Sacó el móvil del bolsillo y marcó el número de la última persona con la que quería hablar en ese momento.

-         ¿Kise? Trae el bolso de Takano-san. Quedamos en la puerta de la estación en quince minutos.

5 comentarios:

  1. Lo de las braguitas blancas me recuerda a Chicho Terremoto xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
    Ainnss este Aomine.. qué cuco y qué salvaje, jopetas, dejando a la gente inconsciente y todas esas cosas tan chupis ^^

    ¡Me ha encantado!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. JJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJJAJ Hiyori es una chica pura y casta, le toca llevar bragas blancas xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
      Ains, quiero un Aomine para mí >.< Es tan genialoso jajajaja

      Te encanta porque me lees con buenos ojos xD

      Eliminar
  2. Creo que te has pasado un poco poniendo a Aomine tan agresivo xDDDDDD Pensaba que les daría un par de tortas sin más, pero casi me los hospitalizas a ambos xDDDD

    Pobre Kurosawa, es Kuroko en chica, no advierten su presencia xD Me mola su forma de ser, me voy a enamorar de ella >.<

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. JAJAJAJAJAJAJ Aomine es agresivo de por sí... pero le han hecho pupita a Hiyori, tenía que apalizarles 8) En el manga le pega a uno muy tonto y le manda a volar xDDDDDDDDDDDDDDD

      Sí que la advierten... pero Aomine estaba ocupado con otras cosas, joe xDDDDD Más mona, Kurosawa >.<

      Eliminar
  3. Ooohhh... que monos... jajajaja Me encanta. Me encantan. "No pude evitar ponerme violento" ¿Es adorable o no? jajajaj :)

    ResponderEliminar

¡Aprovecha el Tiempo Muerto y deja un comentario!